Reflexiones para tí.

Dios sabe de qué estás hecho

Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz. Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré. Isaías 46:3, 4.

¿Por qué actúas como lo haces, sientes como sientes y encaras la vida con las actitudes que adoptas frente a ella? ¿Cómo has llegado a ser lo que eres?

Por un lado, en gran medida estamos condicionados (antes que “de­ terminados”, que niega la libertad humana y la posibilidad de cambio) por factores ajenos a nuestra voluntad, que han conformado nuestra estructura psicofísica. Todos traemos una fuerte carga genética que influye en la dimensión corporal, en el temperamento y la personalidad.

Además, hay factores congénitos, propios de la gestación, que influyen en gran medida en lo que somos. Por otro lado, hay factores sociológicos, propios del entorno en el cual se crió cada persona, que influyen fuertemente en la conformación de su personalidad: el trato físico y emocional que le brindaron los padres desde su nacimiento hasta la primera infancia, especialmente; las experiencias infantiles; la educación transmitida por los padres, las personas significativas y los docentes; las tradiciones familiares; y por supuesto, la gran influencia de los medios masivos de comunicación, especialmente la televisión; como en general la cultura (lecturas, música, espectáculos, etc.).

Pero también hay un factor, a mi juicio, fundamental, que es el que, en última instancia, determina quiénes somos, quiénes queremos ser y quiénes podemos llegar a ser: la elección de nuestra actitud frente a estas influencias, las decisiones que tomamos frente a los desafíos que nos va presentando esta existencia terrenal, así como nuestros hábitos.

Como ves, tú eres un ser complejo, y no puedes ser comprendido a partir de explicaciones simplistas o reduccionistas, ni de tipo científico ni religioso. Por eso, es importante que te tengas paciencia, pues aún no eres un producto acabado, y hay una diversidad de factores, o variables, que han intervenido en la conformación de tu personalidad y que influyen grandemente en tu conducta actual.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El tesoro escondido” Por: Pablo Claverie






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