Reflexiones para tí.

Noé

Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se velan, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia.
Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por fa fe. Hebreos 11:7

Ciento veinte años predicando, para que nadie se convierta. No hay duda: como evangelista, Noé era un buen carpintero.

Absolutamente nadie, fuera de los miembros de su familia directa (esposa, hijos y nueras) entró en el arca. Si Noé hubiera tenido un administrador humano en su “empresa espiritual”, seguramente habría sido despedido.

Podrás decirme, y es cierto, que muchos hombres de Dios creyeron en la predicación de Noé, ayudaron en la construcción del arca y murieron antes de que el diluvio comenzara. Pero, ante los resultados fríos, cuando llegó el diluvio, en el arca solo entraron él y su familia.

Un desastre. ¿Un desastre? ¿Cuánto tiempo estarías dispuesto a predicar para que una persona que tú amas acepte a Cristo y a su salvación? La historia de Noé es un ejemplo de la preocupación que Dios tiene por la familia. Tanto trabajo para que se salve solo una familia. Pero Dios ordenó que el trabajo se realice. Todas las esperanzas divinas están cifradas en la familia.

No sé si ya estás de novio, casado o pensando en casarte. Pero, de cualquier manera piensa en este asunto: todas las esperanzas de Dios están cifradas en la familia. Y, diciéndolo del modo más claro posible, todas las esperanzas de Dios están centradas en tu familia.

Debes hacer todo lo que esté a tu alcance para que tu familia (la que tienes, la que tú formes o la que formaste) sea digna de ese honor, de ese privilegio, de esa responsabilidad. La mejor forma de hacerlo es orar cada día y pedir a Dios que te muestre el camino a recorrer durante ese día, Si él quiere que los resultados se vean de aquí a ciento veinte años, tú sigue orando, sigue clamando, sigue pidiendo, sigue trabajando…

Tu familia (actual o futura) merece todo ese esfuerzo, y más. No tengo dudas: Dios quiere darte la alegría de una familia salva. No hay arca. No hay animales. Pero, sigue habiendo entrega humana y dirección divina, para que las cosas salgan de acuerdo con los planes del Cielo, que siempre son mejores que los nuestros.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor






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